lunes, 5 de mayo de 2008

Austria... ¿culpable?

Supongo que a estas alturas no hace falta decir nada sobre el "monstruo de Amstetten", ya que quién más quien menos habrá escuchado o leído la noticia. Ya sabéis, el hombre que tuvo encerrada a su hija en el sótano durante 24 años, la violó repetidamente y a resultas nacieron, durante el cautiverio, siete criaturas en condiciones realmente infrahumanas.

La novedad en este caso y la cosa que a mí me ha hecho flipar un poco es llegar a poner bajo sospecha a un país entero por los crímenes de un individuo psicópata, como se ha hecho tanto por parte de la prensa internacional como de la española. Parece ser que Alemania y Austria son blancos fáciles en este sentido, dado su pasado nazi. Pero ¿realmente es culpable la sociedad austríaca de los crímenes de Josef Fritzl, ni que sea por omisión?

La verdad es que el concepto de culpa colectiva me parece realmente arcaico, de hecho, la veo como una variante de la idea bíblica del pecado original. Estuve viviendo 6 meses en Alemania y bastante que noté la indigestión de pasado que hay allí. Sí, realmente fue muy fuerte lo que pasó hace 65 años, pero... ¿qué país tiene las manos limpias, me pregunto? Además, en el tema de blanquear el propio pasado quienes son unos verdaderos expertos son los países anglosajones y Francia. Y que conste que soy un gran admirador tanto de la civilización francesa como del mundo anglófono.

Desde mi convicción liberal (no en el sentido político que se le suele dar, y menos en estas latitudes, poned un sentido más "ilustrado" a la palabra), no veo que un hombre sea, en sí, culpable de lo que han hecho sus antepasados o sus vecinos. En todo caso sería culpable de no reconocer este pasado, de no hacer honor a la verdad, de esconder la suciedad bajo la alfombra.

Y para volver a la nota pop y ochentera que supongo siempre acabará teniendo este blog, recordar una conmovedora canción del debut de los Smiths, Suffer Little Children, que habla de los "Moor murders" (unos terribles secuestros y asesinatos de niños en Manchester durante los años 60). La canción acaba entonando un "nostra culpa": "Manchester, so much to answer for...".

En definitiva, quizás el concepto de culpa colectiva o de pecado original, tan poético en el fondo, sea una manera de no hacernos responsables por nuestro propio presente.

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